
Un equipo de 5 Campilleros corren las 24 h de Resistencia en Vespa de Abrantes (Portugal).
Gran afición la del país vecino por nuestras pequeñas máquinas de chapa, algo que se dejó ver tanto en las magníficas preparaciones que lucían para la ocasión, como en la cantidad de público asistente.
No podíamos imaginar que 24 h de resistencia fueran tan duras como resultaron, 2 caídas, dos pinchazos, dos roturas de frenos y 3 averías más sirven para dar buena cuenta de ello. Al principio todo se ve sencillo, dar vueltas y mientras más mejor, pero el primero en recordarnos que no iba a ser fácil fue el calor, mucho calor, y con nuestros recién estrenados monos, mas calor aún, de modo que hasta las 8 de la tarde decidimos hacer turnos de ½ hora ante la imposibilidad de soportar mucho más tiempo sobre la moto sin sufrir un desvanecimiento por la deshidratación, de lo que estuvimos muy cerca.
Por la noche todo era distinto, con la luz artificial y las sombras, todo parecía distinto, tenías que cambiar todas las referencias, pero el frescor hizo que esos turnos fueran los mejores para todos a pesar del cansancio que ya estaba haciendo mella. Y después de cada turno un ratito a dormir a la caravana, 2 h máximo, que hay que seguir, pero fue una experiencia alucinante ver el amanecer con 25 scooters rodando al máximo nivel, es más, fue de noche cuando no se produjo ninguna caída, que por la tarde fueron frecuentes incluso graves en dos ocasiones.
Pero a las 9:30 de la mañana, tras 21 h y media en el cuerpo, ya con el último turno por correr, la caja de cambios dijo hasta aquí hemos llegado, así es que a recoger y para casita que el año que viene volveremos a intentarlo.
Anécdotas muchas, desde el apagón que se produjo de madrugada y que estuvo a punto de cancelar la carrera, hasta el buen rollo con los vecinos de Box, el equipo Taxivespa, que además fueron los ganadores de la prueba, pasando por nuestros progresos con el portugués o las múltiples averías a las que hicimos frente. Pero al final yo me quedo con un fin de semana rodeado de vespas y amigos, lo mejor de la vida.